Afortunadamente, Arucas no es Garachico
Por fortuna, los grancanarios no somos racistas y xenófobos como muchos tinerfeños, según se ha visto -una vez más de muchas- con lo sucedido recientemente en la localidad tinerfeña de Garachico. Lo demuestra el que un extenso grupo de menores subsaharianos -62 nada menos- viven una auténtica experiencia de integración en Arucas, tras un periplo por diversos puntos de Gran Canaria.
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Los africanos alojados hace ya casi dos meses sin ningún problema social en Lomo Jurgón participan con los canarios en las actividades del Día de la región. Los vecinos dan ejemplo del carácter acogedor del municipio. Un total de 62 jóvenes africanos, con edades comprendidas entre los 14 y los 16 años, están viviendo una etapa de tranquilidad, iniciada hace casi dos meses cuando fueron alojados en el área recreativa de Lomo Jurgón.
Tras vivir la experiencia de llegar a las Islas en pateras como sin papeles en la actualidad estos menores están viviendo un proceso de integración. La situación es muy distinta para los subsaharianos que están en la tinerfeña Garachico, donde medio centenar de vecinos exigieron con gritos e insultos racistas que se los llevasen a otro sitio. Los menores de Lomo Jurgón, son en su mayoría de Mali, 55 de ellos; dos son senegaleses y cinco marroquíes. Cinco de estos sin papeles están escolarizados en un colegio del municipio.
Desde hace dos semanas, estos chicos participan en actividades relacionadas con el Día de Canarias en distintos centros de Primaria y Secundaria del municipio de Arucas. El taller de comida canaria o los juegos tradicionales son algunas de las actividades desarrolladas. Una conferencia se impartió recientemente en el IES Arucas-Domingo Rivero, en la que se explicaba a los alumnos el porqué estos menores han cogido una patera y se jugaron la vida.
"No ha habido ningún incidente; sólo vienen con ganas de trabajar y de aprender", asegura Bryan Martín Antúnez, monitor de la Consejería regional de Asuntos Sociales. Estos menores reciben también clases de agricultura y de español. Muchos vecinos muestran su carácter acogedor y les llevan comida y ropa.
Martín recuerda que "la inmigración no es igual a violencia". Quien es un buen ejemplo de integración es el traductor de la consejería Kane Baba, de 21 años. Es de Malí, vino en patera, siendo menor de edad, y con ganas de estudiar.
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