En recuerdo de los hijos de Arucas
ANGEL VÍCTOR TORRES
Alcalde de Arucas
El pasado viernes, en una tarde en la que el sol lucía con fuerza impregnando de sombras y matices a nuestra querida Catedral, a la falda de la Montaña y a la entrada de nuestro corazón histórico, se depositaron para siempre las cenizas del ilustre aruquense Guillermo Sureda Arbelo.
Fue en la Plaza que lleva su nombre. Allí, y desde el viernes, reposan sus restos; cenizas amorosamente traídas en manos de su viuda e hijos desde la que fue su casa desde 1950, Estados Unidos. Un último largo viaje de retorno a la ciudad que le vio nacer, Arucas, a la que siempre llevó en su alma y a la que don Guillermo tanto amó que para Arucas fueron sus últimas palabras, sus postreros pensamientos. Atrás quedaba una larga vida de entrega al Arte; al Arte con mayúsculas, como compromiso vital y polifacético. Una existencia intensamente vivida en las que fueron sus casas, Tenerife o Madrid en nuestro país, pero también Inglaterra o La India. Acuarelista universal, fue también compositor y destacado violinista.
Y obtuvo en vida el reconocimiento de sus semejantes, que fueron muchos como ser nombrado Hijo Adoptivo de Santa Cruz de Tenerife o San Juan de Puerto Rico, o Doctor Honoris Causa por la Universidad Mundial U.S.A. Hijo Predilecto de nuestra Ciudad desde el 21 de diciembre de 1982, siempre nos quedará el recuerdo imborrable de su nombre, de su perenne obra y del tan admirable acto de querer dormir para siempre junto a los que eran, porque así lo sentía, sus paisanos; junto a la que era su tierra y su hogar, Arucas. Gracias, D. Guillermo.
Y gracias también a don Elías Rizkallal Santana, pérdida irreparable en lo físico que no en el ejemplo, en la constancia, en el trabajo. Nos dejó hace unas semanas este hombre de infatigable vitalidad, amante del deporte y la medicina, gran formador de jóvenes, admirado. Hijo Predilecto de nuestra Ciudad desde 1998, cuánto le debemos; cuánto el Arucas Club de Fútbol, la Unión Deportiva Las Palmas y los amantes del ciclismo y el baloncesto de nuestra tierra. Siempre se le recordará como un hombre ligeramente retraído, discreto, pero de infinita amabilidad y dispuesto a colaborar, a ayudar, a echar una mano, De ahí el profundo respeto que el pueblo siempre le dispensó y le dispensará a su memoria: "practicante", como popularmente se conocía su profesión, era, para todos, Don Elías.
Y a don Blas Rosales Henríquez, Hijo también Predilecto de Arucas desde el 10 de octubre de 2002, que recientemente nos dejó. Hombre público, de innumerables logros en el quehacer diario político, siempre caminó junto a Arucas , pueblo al que entregó su esfuerzo como concejal en sus inicios, ciudad a la que siguió llevando al lado, ya fuera en el Cabildo de Gran Canaria, ya en el Parlamento. Y gracias igualmente a don Juan Henríquez González , Hijo Predilecto desde 1998, maestro de escuela -qué hermosa palabra, "maestro"-, y gran impulsor del deporte vernáculo de la lucha canaria, fundador de la Casa Canaria de Venezuela, país en el que largamente vivió.
En este año 2006, y tras cuatro años, Arucas celebrará el Acto de Honores y Distinciones. En el recuerdo queda la edición de 2002: desde entonces hasta hoy, junto a D. Blas, D. Elías, D. Guillermo o D. Juan, también nos dejaron Hijos Adoptivos como doña Cándida Rosales Codorniu, nacida en Teror, ejemplar enfermera de nuestro Centro de Salud, o D. Juan Manuel Díaz Rodríguez, nacido en Valleseco, hombre que entregó igualmente a la medicina lo mejor de su vida y conocimientos. La muerte de un semejante nos empequeñece, decía Hemingway, y es cierto. Queda el vacío de su ausencia, de su calor. Pero permanece su obra, y en nosotros, su recuerdo.
Queda también, para siempre, el cariño apasionado que estos Hombres y Mujeres, con merecidas mayúsculas, a su forma y en su quehacer, entregaron, como lo entregan tantas y tantos, al pueblo que amaron, o aman, por ser o sentirlo suyo: Arucas, esa bella dama inmortalizada así por Manolo Padrón y Pedro García -viejos Granjeros- en tan hermosa canción.
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