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La Voz de Gran Canaria

¿Qué pasa en Maspalomas?

¿Qué pasa en Maspalomas?

El sistema formado por las playas de El Inglés-Maspalomas y las dunas de Maspalomas está claramente amenazado por la falta de sedimentos que tiene, en comparación con los que tenía hace apenas unos años. Este hecho, detectado por investigadores de la ULPGC, pone de manifiesto una carencia progresiva de arenas no sólo en el campo de dunas, sino también en las playas anejas.
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El sistema de dunas y playas conforman una unidad ambiental indisoluble, de fácil comprensión en cuanto a la dinámica de los sedimentos: las arenas acceden al sistema por la playa de El Inglés, hasta donde han llegado transportadas por el oleaje y las corrientes litorales. Una vez se han secado en la playa, estos sedimentos acceden hacia el interior, empujadas por los vientos (principalmente los alisios, de composición noreste), para dar lugar a la formación del campo de dunas. Estas dunas se desplazan hacia el suroeste empujadas por los alisios, hasta que llegan de nuevo al mar, produciéndose la salida a la altura de la playa de Maspalomas.

En los últimos años diversos trabajos desarrollados por miembros de los departamentos de Geografía y Física de la ULPGC han puesto de manifiesto la existencia de una progresiva carencia sedimentaria en todo este sistema: las dunas cada vez son más bajas y más estrechas, de modo que la zona ocupada por los espacios interdunares es cada vez mayor. Este hecho es particularmente patente a lo largo de playa de El Inglés, donde cada vez hay más superficies de arenas humedecidas y zonas de callaos que arenas secas en tránsito. Estos son síntomas de una carencia progresiva de arenas que accedan al campo de dunas por su área de entrada, la playa de El Inglés.

La playa de Maspalomas sufre prácticamente todos los años algún episodio erosivo natural, generado por temporales del suroeste, consecuencia de las borrascas que ocurren durante el invierno. En estas ocasiones las olas erosionan la playa de Maspalomas, dejando al descubierto las rocas que conforman el basamento de este sistema y cortando los frentes de dunas "a cuchillo". Parte de este gran volumen de arena que se lleva el mar lo devuelven las propias olas, y hasta hace pocos años la playa se recuperaba gracias tanto a nuevos aportes desde tierra como a los sedimentos que devolvían las olas.

Sin embargo, desde hace unos años se hace cada vez más palpable el hecho de que las arenas desaparecidas durante estos períodos erosivos, no vuelven en la misma proporción. De hecho, todo parece indicar que el sistema no es capaz de aportar el volumen de arena necesario para garantizar la recuperación del perfil de playa perdido, de modo que se está produciendo una erosión progresiva de la playa de Maspalomas. En esta problemática juegan un papel destacado las dunas que encontramos a lo largo de la playa de Maspalomas, que deberían funcionar como una barrera ante las embestidas del mar y como un reservorio de arenas para la recuperación del perfil de playa. Sin embargo, dado que cada vez tienen un menor tamaño no pueden desempeñar esta función. Es más, cada año estas dunas se erosionan con mayor facilidad, ofreciendo menor resistencia a la acción erosiva del mar, que en situaciones como la vivida los pasados días puede adentrarse hacia el interior del campo de dunas.

De hecho, tras el paso de la borrasca del 27-28 de febrero, el mar penetró por varios puntos de las playas de El Inglés y Maspalomas inundando las zonas que se ven en la figura adjunta. La superficie que quedó anegada por el agua es de unos 130.000 m2, equivalente a casi 20 campos de fútbol.

Si ya la situación es grave en la actualidad, es indudable que podría ser aún peor de llevarse a cabo los proyectos de puertos deportivos previstos en las inmediaciones. Particularmente el puerto de Bahía Feliz supondría un freno a los pocos sedimentos que son arrastrados por la deriva litoral hacia la playa de El Inglés, y que hoy día constituyen la única recarga natural a las dunas. Por ello pensamos que las administraciones implicadas deben buscar soluciones a la problemática de Maspalomas y evitar cualquier actuación que pueda acelerar el deterioro que ya padece este emblemático espacio natural.

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