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La Voz de Gran Canaria

Fases de corrupción

Fases de corrupción

ÁNGEL TRISTÁN PIMIENTA

Mucha gente se pregunta si hay algún tipo de razón para que todos los escándalos de corrupción y malas mañas políticas parezcan concentrarse en las islas orientales, Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura, cuando la vox populi, vox dei, recoge asimismo numerosas situaciones,runrunes e indicios igual de escabrosos en la isla de Tenerife. "Es que las cosas aquí son distintas", confiesa un periodista radiofónico tinerfeño harto de hablar siempre de lo mismo y de que no le hagan "ni puñetero caso". "Las autoridades tienen bula social; nadie se mete con ellas porque enseguida dicen que se trata de una maniobra canariona que pone en peligro nuestras esencias patrias, y bla, bla, bla... que lo importante es el tranvía o las autopistas. Oye, es mágico. Eso lo para todo". Con el estallido de los casos de la trama eólica - y el efecto colateral del presidente de la Audiencia Provincial pillado con malas compañías- y los presuntos chanchullos en grado de cohecho y prevaricación de la concejala ´popular´, y tanto, Toñi Torres, por donde ha pasado... a lo que hay que unir la denuncia de un concejal de Antigua contra el líder del PP en Fuerteventura, Domingo González Arroyo, a quien acusa de un intento de soborno, un solar y ´un kilillo´ mediante, algunos políticos y ´fuerzas vivas´ económicas de Las Palmas no ocultan su malestar.

Un conocido joven empresario no pone inconvenientes al trabajo de los jueces y de la fiscalía anticorrupción: "hay que desterrar estos comportamientos; el que la hace, que la pague", pero agrega que "en Tenerife es de dominio público el clima de corrupción... con la agravante de que nadie se mueve, nadie dice nada, a pesar de que ha habido ocasiones en que se ha roto la regla, se han producido denuncias políticas... pero se han disuelto en el aire como las columnas de humo". Y así ha sido en diversas circunstancias: dentro o fuera del Parlamento se han pronunciado palabras muy gordas, acusaciones que en condiciones normales de presión y temperatura deberían haber suscitado la creación al menos de comisiones de investigación, pero que han quedado en nada. Consejeros que hacen caso omiso de las leyes de incompatibilidades y que llevan adelante beneficiosas actividades privadas mientras ejercen cargos públicos colindantes; políticos de diverso pelaje cercanos a empresas que viven de las subvenciones y contratos públicos; leyes que se hacen "con nombre y apellidos" para regularizar farmacias conquistadas por el procedimiento del yo la vi primero; amenazas que no se toman en cuenta; extraños episodios como el de Bango, que nunca se ha aclarado por completo; pelotazos de dominio público regados por aquí y por allá, con una connivencia desde luego sospechosa entre empresarios e instituciones, adjudicatarios que se repiten y que están en todas las quinielas ... y un ´cotilleo´ en voz baja y mirando para los lados que en ocasiones deja de ser rumor para convertirse en fenómeno sociológico de masas.

Hay una anécdota que no lo es tanto. Un día el anterior obispo de La Laguna, Felipe Fernández, estaba reunido con periodistas en el palacio episcopal de la Ciudad de los Adelantados y quiso, el hombre, comentarles la grandeza del milagro de sor María de Jesús, ´la siervita´, monjita cuyo cuerpo lleva 275 años incorrupto en el convento de Santa Catalina. "Fíjense ustedes - comentó- que lleva todo este tiempo incorrupta... ¡al lado del Ayuntamiento de La Laguna!". ´Si non e vero, e ben trovato´.

Pero, todo llegará. En Lanzarote parecía que no había nada que hacer con las andanzas de Dimas Martín, hasta que la justicia se cansó. Porque a veces a los jueces se les agota la paciencia, como a uno de Las Palmas de Gran Canaria al que se le llenó la cachimba con las dilaciones de Pepa Luzardo para cerrar las terrazas ilegalizadas del Carnaval. Lo mismo ha sucedido en Fuerteventura. En Gran Canaria lo que ocurre es que hay más resistencia cívica ante estos comportamientos corruptos, es una sociedad, podría decirse, más ´republicana´, en el sentido de que de siempre ha sido muy participativa: reivindicación del REF, de la Universidad, de la Circunvalación... Hay un tejido social que al final responde. Aunque el proceso, trasladado por los vasos comunicantes del sistema democrático, llegará más pronto que tarde a Tenerife, sin que en ese momento, cuando alguien no aguante más, como pasó en Telde, y un fiscal o un juez empiecen a tirar del hilo, valgan los discursos patrióticos o los argumentos esotéricos.

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