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La Voz de Gran Canaria

Paraíso tropical

Paraíso tropical

CRISTÓBAL RODRÍGUEZ

Un día precioso, de cuasi primavera, nos empujaba hacia una obligada excursión por el interior de la Gran Canaria, sumida en una insultante y lujuriosa explosión de verdes en eras, valles, laderas y cumbres.

El sol, radiante y calentito, en este febremarzo fresquito, loco y carnavalero, obligaba aún más al paseo. Así que, al coche, y enfilando con rumbo hacia la carretera del centro. Primera parada obligatoria en el mercadillo de San Mateo para calentar motores y hacer acopio de provisiones para la jornada festiva y para los potajitos de la semana.

La siguiente paradita nos llega en el cruce de Los Pechos para repostar con un vinito abocado y unas aceitunas amargosas del país, para continuar en medio de una ligera bruma hacia las siguientes escalas, en Las Mesas y en el mirador del Nublo, donde la vista se recrea sin necesidad de mayor esfuerzo.

Desde allí, entre curvas descendentes, hasta llegar a Ayacata porque la cita con el bar de Carmelo no admite dilaciones. Aquí si que no podemos hablar sólo de reposar sino de llenar el buche y sentar las madres en toda regla, antes de proseguir por la vía que nos lleva a la presa de las Niñas, a tope de agua y de visitantes.

Y tras el nuevo disfrute visual, bajo la escolta de los almendros en flor, vuelta atrás para continuar al encuentro de Cercados de Araña y la presa de Chira, otro embalse que ya rebosa y regala litros de riqueza al faraónico embalse de Soria en cascadas de notable belleza natural.

Regresamos para seguir por La Plata hasta Tunte, donde realizamos una nueva parada y fonda, al igual que en la vecina Santa Lucía, donde nos aprovisionamos de las afamadas naranjas y aceitunas de la zona.

En otro bar cercano, de cuyo nombre no me quiero acordar, camino ya de Temisas, unos parroquianos estaban platicando sobre no sé qué historias de faycanes, dádivas, culpas, cuitas, medianeros, ensalmos, setenas, esquifes, socaliñas y falsarios, e incluso de saltos de negros y molinos de viento; hechos que, según decían, estaban ocurriendo en una de las ínsulas baratarias. Creo que hablaban del Quijote.

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