El comercio vive horas de agonía en el Puerto, donde cierran cuatro negocios cada mes
Los pequeños comercios de la zona Puerto-Canteras no atraviesan su mejor momento y sobreviven a duras penas. Muchos de estos comercios no aguantan y se ven obligados a clausurar el negocio. Entre cuatro y cinco tiendas cierran sus puertas cada mes en la zona, según los datos facilitados por la asociación de comerciantes Portoluz, que se queja del abandono en que se encuentra este área, ante la falta de ideas, iniciativas y apoyos del Ayuntamiento y del Cabildo Insular.
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Juan Valido, presidente de Portoluz, señala que la llegada de los tiendas chinas "está haciendo mucho daño y ha sido la puntilla que ha obligado a cerrar a muchas tiendas de textil y calzado", pero advierte que la degradación y el abandono que sufren las calles de la zona son las otras causas de la crisis por la que atraviesan los negocios.
"La restauración no está mal, cada vez va a más", explica Valido, "pero el negocio de textil y calzado está atravesando una crisis tremenda", mientras florecen las tiendas chinas. Sólo en La Naval, aclara, "hay cerca de 30 comercios chinos". Así, los comerciantes se quejan de que la inseguridad, la suciedad, el mal estado de las aceras y de los jardines y el estado ruinoso de muchos edificios abandonados ahuyentan a los clientes, que además no tienen dónde aparcar y se ven obligados, cuando encuentran una plaza, a pagar la zona azul y el impuesto revolucionario al aparcacoches de turno.
Según Portoluz, las calles que peor se encuentran son Albareda, Juan Rejón y La Naval, aunque, añade, todas las vías que desembocan en Las Canteras están en muy mal estado y carecen de iluminación adecuada. Un ejemplo de la degradación que sufre la zona lo constituye un edificio abandonado de la calle La Naval, que se ha convertido
en un criadero de palomas y ratas y está situado justo enfrente de uno de los mejores hoteles de Las Canteras.
Valido explica que los responsables de este hotel llevan ocho años intentando que el Ayuntamiento tapie el edificio, debido a la mala imagen que da a la clientela, "pero hasta ahora no se ha hecho nada". Lo único que consiguieron es que el juez ordenara hace unos cuanto años rodear el edificio con una malla, que con el tiempo se rompió y las palomas se han vuelto a adueñar del lugar, dejando perdidas de excrementos las fachadas de los edificios colindantes y convirtiendo el edificio en un "foco de infección".
Turismo
Los empresarios de la zona se muestran avergonzados de que los pocos turistas que llegan al Puerto se lleven de la zona una imagen de edificios en ruinas, aceras rajadas y suciedad por todos lados. "Así no se cuida a la joya de la ciudad", advierte un comerciante.
"La Concejalía de Parques y Jardines no conoce esta zona", añade Antonio, otro empresario de la calle Ferrera, mientras señala los parterres vacíos. El Ayuntamiento, asegura, taló un día varios árboles porque estaban
enfermos y todavía esperan que los repongan. "Las plantas que hay en las calles las hemos puesto nosotros", dice. Los comerciantes llevan años esperando por el prometido plan de dinamización que ayude a regenerar la zona. Valido se queja de que la puesta en marcha del plan, que contempla, entre otras cuestiones, la mejora
de aceras y fachadas de las calles La Naval, Sagasta, Albareda y Tenerife, está pendiente de que el Ayuntamiento haga el estudio de tráfico para peatonalizar La Naval. "Tenemos ya el 75 % de la financiación, que la ponen el Cabildo y el Gobierno autónomo, y llevamos esperando desde mayo a que el Ayuntamiento, que sólo
tiene que poner el 25 % restante, haga el estudio de tráfico".
La plaza del Reloj se ha convertido en una zona de indigentes, apunta Valido, quien echa en falta más presencia policial. "No queremos cámaras, queremos policías pateando".
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Juan Valido, presidente de Portoluz, señala que la llegada de los tiendas chinas "está haciendo mucho daño y ha sido la puntilla que ha obligado a cerrar a muchas tiendas de textil y calzado", pero advierte que la degradación y el abandono que sufren las calles de la zona son las otras causas de la crisis por la que atraviesan los negocios.
"La restauración no está mal, cada vez va a más", explica Valido, "pero el negocio de textil y calzado está atravesando una crisis tremenda", mientras florecen las tiendas chinas. Sólo en La Naval, aclara, "hay cerca de 30 comercios chinos". Así, los comerciantes se quejan de que la inseguridad, la suciedad, el mal estado de las aceras y de los jardines y el estado ruinoso de muchos edificios abandonados ahuyentan a los clientes, que además no tienen dónde aparcar y se ven obligados, cuando encuentran una plaza, a pagar la zona azul y el impuesto revolucionario al aparcacoches de turno.
Según Portoluz, las calles que peor se encuentran son Albareda, Juan Rejón y La Naval, aunque, añade, todas las vías que desembocan en Las Canteras están en muy mal estado y carecen de iluminación adecuada. Un ejemplo de la degradación que sufre la zona lo constituye un edificio abandonado de la calle La Naval, que se ha convertido
en un criadero de palomas y ratas y está situado justo enfrente de uno de los mejores hoteles de Las Canteras.
Valido explica que los responsables de este hotel llevan ocho años intentando que el Ayuntamiento tapie el edificio, debido a la mala imagen que da a la clientela, "pero hasta ahora no se ha hecho nada". Lo único que consiguieron es que el juez ordenara hace unos cuanto años rodear el edificio con una malla, que con el tiempo se rompió y las palomas se han vuelto a adueñar del lugar, dejando perdidas de excrementos las fachadas de los edificios colindantes y convirtiendo el edificio en un "foco de infección".
Turismo
Los empresarios de la zona se muestran avergonzados de que los pocos turistas que llegan al Puerto se lleven de la zona una imagen de edificios en ruinas, aceras rajadas y suciedad por todos lados. "Así no se cuida a la joya de la ciudad", advierte un comerciante.
"La Concejalía de Parques y Jardines no conoce esta zona", añade Antonio, otro empresario de la calle Ferrera, mientras señala los parterres vacíos. El Ayuntamiento, asegura, taló un día varios árboles porque estaban
enfermos y todavía esperan que los repongan. "Las plantas que hay en las calles las hemos puesto nosotros", dice. Los comerciantes llevan años esperando por el prometido plan de dinamización que ayude a regenerar la zona. Valido se queja de que la puesta en marcha del plan, que contempla, entre otras cuestiones, la mejora
de aceras y fachadas de las calles La Naval, Sagasta, Albareda y Tenerife, está pendiente de que el Ayuntamiento haga el estudio de tráfico para peatonalizar La Naval. "Tenemos ya el 75 % de la financiación, que la ponen el Cabildo y el Gobierno autónomo, y llevamos esperando desde mayo a que el Ayuntamiento, que sólo
tiene que poner el 25 % restante, haga el estudio de tráfico".
La plaza del Reloj se ha convertido en una zona de indigentes, apunta Valido, quien echa en falta más presencia policial. "No queremos cámaras, queremos policías pateando".
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