Los apicultores de Gran Canaria desean consolidar su miel en Europa

Los apicultores de Gran Canaria anunciaron este lunes que pondrán en marcha a partir del 1 de junio un Plan de Mejora del sector, para intentar que la miel de la Isla, "una de las mejores del mundo", consiga la denominación de origen y se consolide en el mercado europeo, sobre todo en el alemán.
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La apicultura en Canarias y, en particular, en Gran Canaria tiene una gran tradición en la producción de mieles que gozan de la estima de los consumidores por sus extraordinarias cualidades. De hecho, es la cuarta región de España que más apicultores posee tras Andalucía, Extremadura y Galicia, según el secretario de la Asociación de Apicultores Isla de Gran Canaria, Agustín Manrique.

"Gran Canaria se está preparando para producir aproximadamente medio millón de kilos de miel en cuatro años", afirma, y destaca que ello estará "respaldado y definido" con la aplicación, desde junio, del Plan de Mejora sectorial, que ha elaborado junto al técnico del Cabildo Orosman Burgueño.

La caracterización de la miel de la isla, la denominación de origen, la creación de la Federación Apícola Canaria y el desarrollo de un proyecto de mejora genética de recuperación de la abeja negra autóctona, son algunos de los objetivos de este plan integral, presentado el año pasado a la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Con el apoyo de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y de Antonio Gómez Pajuelo, reconocido biólogo y consultor apícola de España, Burgueño realizará el proyecto de mejora genética de la abeja negra para aumentar los niveles de producción de esta raza de origen africano, escindida hace unos 200.000 años, que constituye el mayor tesoro apícola del Archipiélago.

Así, él comenzará la toma de muestras de 200 colmenas de la isla y hará un análisis de su ADN para seleccionar las que van a entrar en el programa genético, que sirva para la caracterización de la miel, que será identificada, según Manrique, como "una de las mejores mieles del mundo" por "su mayor espesura, respecto a otras del mercado, su color, su olor y su sabor".

Una vez determinadas las características comunes del producto, se solicitará su denominación de origen, como ya posee la miel de la Alcarria, en Castilla La Mancha, y de Galicia, a fin de "garantizar las producciones locales y protegerlas de exportaciones y ventas fraudulentas de mieles de fuera", declara Burgueño.

Además, la miel obtendrá "un valor añadido", según Manrique, quien expresa que, a la hora de la comercialización en Europa, Alemania "es el principal cliente extranjero", puesto que "los mayores consumidores de miel del mundo son los alemanes, que consumen 10 kilos por persona al año", y "valoran mucho y demandan las mieles que se producen en la isla".

Un ejemplo del interés por la comercialización con este país es el reciente "trato cerrado" entre la empresa Canarimiel S.A. -comprada por la Asociación de Apicultores Isla de Gran Canaria para vender su producción de unos 70.000 kilos de miel al año-, con la cadena de supermercados Kaufhof, a fin de suministrar a sus 40 centros extendidos por Alemania.

Actualmente, unas 600 personas se dedican de forma profesional o aficionada a la apicultura, de las que 300 viven en Gran Canaria, donde el precio del kilo de miel es "históricamente alto"-oscila entre ocho y doce euros, mientras que en la Península un kilo vale dos euros-, y se quiere "hacer de la apicultura una empresa rentable", según Burgueño.

Los apicultores no dudan de que, si se consigue la denominación de origen de la miel de Gran Canaria, "es posible que, si se encuentran características comunes de todas las islas, se haga una denominación de origen de Canarias".