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La Voz de Gran Canaria

Subversiva señora

Subversiva señora FRANCISCO J. CHAVANEL

La alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, Pepa Luzardo, en su cruzada variopinta contra cualquier tipo de talento, está invitando a sus ciudadanos a poner los pies en la senda de la ilegalidad. Los suyos ya están ahí, plantados, inamovibles a las normas europeas, del Consejo de Estado, del Ministerio de Fomento. Ha gozado de distintas y buenas oportunidades para acatar la legalidad vigente: todas las despreció con alegría sambera. Tenemos pruebas. Ayer comparó la “persecución” que, según ella, y José Manuel Soria, sufre La Gran Marina con la situación de Valencia, donde, en sus palabras, se construye en paz y armonía un frente marítimo que será la envidia del Mediterráneo.

De repente monta una conferencia sobre Valencia litoral: una planificación ambiciosa, y vuelve a meter unos buenos euros en el bolsillo del arquitecto del régimen, Carlos Ferrater, otra vez por aquí para disertar, cómo no, sobre La Gran Marina: el icono de nuestra ciudad. Es como si conferenciara sobre la valentía de los búfalos albinos de Senegal, la importancia social de parecerse a Beckham, la influencia del Marie Brizard en la pintura de Chagall. La Gran Marina no existe, quedó fuera de la ley en el pasado consejo de la Autoridad Portuaria por 15 votos a 6, es decir: la fuerza de la democracia pulverizó un caprichito por incumplirse las condiciones del concurso.

Pero ella no se entera, o no lo parece. Sigue entregando a los niños pulseras que aplauden la subversión, intenta mover la prótesis del sentimentalismo de una población a la que toma por estúpida. Ferrater, arquitecto de relieve, autor de referencia, con prestigio ganado en el campo de los hechos, ha de estar pasando por una fase aventurera. No se comprende cómo un señor de su categoría se aviene a zumbar como un abejorro solitario, colocando su apellido en el trance de la mancha, perfumando su dignidad en esta fiesta de descocados. Las razones de los riesgos que asume se me escapan. Le imagino absurdamente desinformado.

La alcaldesa Luzardo, y Soria, demandan de la población y de la isla un acto de irredención, un levantamiento masivo contra lo que ellos entienden una injusticia. Si existe democracia es un espejismo, si hay leyes en este asunto no valen, si hay votaciones que nos derrotan es una conjura predestinada a asolarnos. Los ciudadanos podrían pensar siguiendo el mismo mecanismo. Cansados de ciertos malos servicios municipales que reciben se niegan a pagar sus impuestos. Entonces, en ese caso, como la actitud del contribuyente es ilegal, el ayuntamiento tiene la potestad de entrar en la cuenta corriente del vecino y extraer de ella la cantidad adeudada, o denunciar al insumiso a los tribunales. Los ciudadanos precisaríamos de una protección parecida cuando los políticos que nos representan se tiran al monte, y se niegan a reconocer las leyes vigentes. Una medida ejemplar sería que pagaran de sus bolsillos las cantidades que usurparon a la hacienda pública invirtiendo en proyectos irregulares. Si entre Soria, Luzardo, y Arnáiz, tuvieran que detraer de su peculio personal los casi 200 millones que ha costado la tomadura de pelo de La Gran Marina apuesto que determinados gallos dejarían de cacarear.

Pero lo de la alcaldesa es particularmente grave. Al alud de inexactitudes con las que nos obsequia de forma habitual cada vez que abre la boca para defenderse de las críticas que recibe, introduce ahora una comparación con Valencia para insistir, todavía con mayor énfasis, en la técnica denominada “el embuste encadenado”.

Valencia está erigiendo un frente marítimo, es cierto. Pero sin dinero europeo. Los 180.000 millones que cuesta el invento son sufragados en un 95% por el Ministerio de Fomento, y el resto por instituciones levantinas. La Unión Europea no posee competencias en el proyecto puesto que no se juega ninguna subvención; por lo tanto: le da igual que el concurso sea abierto, o restringido. Hay más: todavía no se ha llegado al concurso de ideas. En lo que se está es en la fase de construir la dársena interior, para el que fue necesario abrir la consiguiente licitación. La alcaldesa Rita Barberá, a diferencia de lo que pasó en Las Palmas de Gran Canaria, se encargó de hablar con unos y con otros para evitar polémicas. Falta la fase de la fachada, o del frente marítimo, para la que habrá que abrir otro concurso, en el que, si quiere, podrá presentarse Indiana Jones Ferrater, César Pelli, Van Berkel, Grinshaw, Moneo, y Sajima. En estos momentos, ¿existen diferencias entre Fomento (PSOE) y Ayuntamiento de Valencia (PP)? Existieron… Sobre todo porque el PP quiso hacerlo a su manera. ¿Se han resuelto los escollos? Sí, porque, en beneficio de los intereses de la ciudad, los involucrados se sentaron, dialogaron, y no pararon hasta encontrar una solución pacífica… ¿En qué se parece este caso, usado como paradigma por Luzardo, con el nuestro? En casi nada. Al contrario, deja en evidencia su conocimiento sobre materias básicas.

Añadiré algo más. Los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria tienen suficientes elementos para preocuparse por la señora en cuestión. Recientemente, con esa ligereza que la caracteriza, abrió concurso sobre las obras del scalextric situado al lado del teatro Pérez Galdós. Se supone que Luzardo tomó tal iniciativa convencida de que esas vías son de competencia municipal. Pues no lo son. Son del Gobierno de Canarias, transferidas en el año 1993 desde el Gobierno central. Si alguien, con mala leche, con ganas de ridiculizar sus actuaciones venales, quisiera entrar a fondo en el problema nos hallaríamos con un nuevo caso Istmo: la señora subversiva monta un concurso de licitación de obras sobre unos terrenos que no le pertenecen. El Ejecutivo de Adán Martín vive asombrado. El pobre de Antonio Castro Cordobez está desarrollando un convenio para que los ganadores del concurso no se topen con que no han ganado nada.

Termino. Como Luzardo habita en la desconcentración, y en las marinas tormentosas, de casi nada serio se entera. Hace dos meses anunció la venta de Emalsa, obsesionada con la falta de liquidez de su ayuntamiento. Dijo que, como existe derecho de tanteo, las acciones municipales terminarían en manos de los otros dos accionistas, Saur-Bouygues y Endesa. Como está completamente abstraída en su Istmo debe ser que no halla espacio en su cabeza para otros problemas, y así ocurre que Endesa acaba de vender su 33% a Sacyr, o sea: algunos especulan con la información que ella galantemente les da.

Por si todavía no se ha enterado yo le regalo gustosamente los datos grosso modo. Sacyr (Juan Abelló, Luis del Rivero, Juan Miguel Sanjuán), asociada a Vallehermoso, relevante inmobiliaria con destacados tentáculos en Canarias a través de Satocan, compra desde una empresa filial, Valoriza, a Nueva Uninsa, dependiente de Endesa. Lo que compra Sacyr es el 33% de Emalsa, varias piscifactorias y unos parques eólicos. Total de la operación: 70 millones de euros (unos 12.000 millones de las antiguas pesetas). Así de canarios terminan siendo los pelotazos que inicia Mauricio; así, por la escuadra, le meten los goles al PP y a esta alcaldesa que no sé cómo organizaría una acampada.

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