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La Voz de Gran Canaria

La 'fundación' de Santa Cruz de Tenerife.

La 'fundación' de Santa Cruz de Tenerife. CARMELO DÁVILA NIETO

La única ciudad fundada en Canarias por los conquistadores castellanos fue La Laguna, por Alonso de Lugo el 20 de octubre de 1497, convocando una asamblea de notables, en la que eligió seis regidores y dos jurados. Las Palmas de Gran Canaria surgió del campamento que Juan Rejón erigió en el margen derecho del barranco Guiniguada el 24 de junio de 1478, llamado el Real de Las Palmas. No hubo pues fundación.

Santa Cruz de Tenerife también tuvo su origen en un campamento levantado por Alonso de Lugo en Añago en fecha indeterminada, pues la expedición salió del puerto de Las Palmas el 30 de abril de 1494, viernes, y con viento favorable se amaneció sobre las aguas de Añaza. Se situaron las tropas a la derecha del barranco de Añago y guiadas por el general se eligió el sitio de campamento, que fue señalado con la colocación de una tosca cruz que llevaba en sus brazos; luego, se levantaron empalizadas, se abrieron fosos y se elevaron terraplenes, después se celebro una misa en un altar improvisado junto a la cruz, pero no hay constancia de la fecha exacta, y este acto se ha querido ennoblecer por parte de los chicharreros, llamándole "fundación de Santa Cruz de Tenerife" según un óleo de Gumersindo Robayna y Lasso (1829-1898), expuesto en el Museo Municipal de Bellas Artes.

¡Delirios de grandeza!. Santa Cruz de Tenerife fue el barrio portuario de La Laguna -y no el más importante de la isla- hasta que por su heroica resistencia al Almirante británico Nelson el 25 de julio de 1797, al que derroto, el Rey Carlos IV en Real Cédula e128 de agosto de 1803 le concedió el titulo de villazgo. Por Real Decreto de 27 de enero de 1822 se fija como capital de Canarias a Santa Cruz de Tenerife. Y esta es "la brillante historia" de Santa Cruz de Tenerife, que de barrio porteño de Ia Laguna pasó a villa, a capital del Archipiélago durante algo mas de un siglo, y a ciudad, todo gracias a las intrigas a los que son tan proclives.

Por fin con la dictadura del General Primo de Rivera, por Real Decreto del 21 de septiembre de 1927 se procede a la división provincial, reparándose así en parte los daños y abandonos que las islas orientales sufrieron durante la férula de Tenerife, nefasta para nosotros en todos los sentidos, y que con el actual gobierno de ATI-PP han vuelto a recrudecerse con la obsesión de concentrar en Santa Cruz de Tenerife todo el poder regional.

Y nuestros políticos sin preocuparse, discutiendo sobre el sexo de los ángeles. ¿Hasta cuándo seguiremos soportando tanta incompetencia?

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