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La Voz de Gran Canaria

Periodistas franceses alertan de que hay miles de inmigrantes en Africa preparados para invadir Canarias

Periodistas franceses alertan de que hay miles de inmigrantes en Africa preparados para invadir Canarias Han arriesgado su vida para descubrir cómo trabajan las mafias que se dedican al tráfico de inmigrantes desde África hasta Europa. Han convivido durante meses con los propios inmigrantes en el desierto, enfrentándose a situaciones extremas y de máximo peligro.
Son Grégoire Deniau y Olivier Jobaro, los dos periodistas franceses que llegaron a Fuerteventura, en la noche del miércoles, a bordo de una patera y avisan que en las costas marroquíes se asientan miles de africanos a la espera de alcanzar las costas canarias.

El hambre, la sed y el miedo han estado presentes durante su labor de investigación. Hace una semana, cuando se disponían a embarcar hacia las costas majoreras, la patera zozobró con
36 personas a bordo a un centenar de metros de la orilla. Dos de ellos, subsaharianos, murieron en el naufragio. Ambos reporteros tienen a sus espaldas miles de batallas en situaciones peligrosas. Grégoire es periodista de guerra. Reportero del canal de televisión France 2TV, hace algunos meses cubrió el conflicto de Irak. Olivier, fotógrafo de la Agencia Sipa Press, es un especialista en los flujos migratorios y entre sus trabajos destaca el realizado en el polémico centro de retención de inmigrantes de Sangate, ubicado al norte de Francia.

Hace un mes coincidieron ambos en Rabat. Lograr introducirse en las redes de las mafias no fue tarea fácil, pero finalmente llegan hasta sus miembros. En Marruecos "todo se compra a base de euros o dirhams", señala Grégoire. Además, añade que las organizaciones que se dedican al tráfico de inmigrantes son de tipo familiar. "Al principio pensaban que éramos traficantes de cocaína que queríamos salir de Marruecos sin pasar por la frontera. Cuando
hablamos con el contacto marroquí, nos puso como condición que no podíamos sacar imágenes de los marroquíes que trabajan con las pateras".

Una vez que fueron trasladados hasta Agadir realizaron un largo trayecto en un vehículo todoterreno durante cuatro días hasta una zona al sur de El Aaiún "íbamos 18 personas en un espacio muy reducido. No había aire, no podíamos movernos, pero todos íbamos en silencio. Cada ocho o diez horas paraban y nos daban un litro y medio de agua para todos", asegura el reportero de la televisión francesa. También, apuntó, que "pasamos muchísimo miedo. Cambiamos cuatro veces de coche y los marroquíes les quitaban a los inmigrantes los zapatos, si eran nuevos, los móviles y el dinero. No podías decir nada".

Las organizaciones mafiosas ubicadas en la ciudad de El Aaiún son de origen saharaui, según afirmó Grégoire Deniau, "nos decían que teníamos que ayudar al Polisario en nuestro reportaje y se mostraron satisfechos de saber que éramos periodistas". El grupo de los periodistas franceses quedó alojado durante varias semanas en el cauce Saguía El Hamra, donde debían permanecer hasta que se completara la patera con 30 ó 40 personas. Durante semanas tuvieron que esperar, "ya que no se incorporaba el segundo grupo". Cuando había 36 personas comenzaron a armar la patera, que es pintada por los propios inmigrantes. "Luego
trajeron un bidón y pusieron en marcha el motor para comprobar que funcionaba. Seguimos tres días más en el campamento, durmiendo debajo de unos árboles (thalas)", afirma el reportero de Televisión.

También subrayó que "hace una semana y por la noche llegaron tres coches, uno con la patera arriba. Nos dirigimos durante seis horas a la playa y embarcamos el grupo de 36 personas. Al
poco tiempo la patera naufragó y se ahogaron dos de los inmigrantes. Saqué uno a mis espaldas", sentenció Grégoire. Diez de los africanos cogieron miedo y abandonaron el campamento, "querían regresar a su país. Los otros dijeron que no tenían otra opción que intentarlo, porque sus familias les habían dado todo el dinero para hacer el viaje y, si regresaban, les echaban de sus casas". La barquilla quedó destrozada y el motor con muchos
problemas, pero los marroquíes arreglaron los desperfectos. De nuevo la echaron al agua el miércoles de madrugada "estuvimos las 18 horas de la travesía sacando agua".

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