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La Voz de Gran Canaria

Puerto de la Luz: un futuro en entredicho

Puerto de la Luz: un futuro en entredicho El mandato de Anastasio Travieso en Puertos de Las Palmas vino a caracterizarse por la reordenación de los trabajos portuarios y por sentar las bases de la modernización. Su sucesor, José Manuel Hernández, puede presumir de haber organizado la plantilla y la estructura de la Autoridad Portuaria, además de haber puesto los cimientos para el despegue.

El recolector de esos frutos fue Luis Hernández, quien encontró una máquina eficiente y de
costes reducidos que le permitió abordar las grandes inversiones que posteriormente posibilitaron el crecimiento de los tráficos y la captura de nuevos clientes. La herencia de José Manuel Arnáiz, tras un año al frente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, siembra dudas como consecuencia de una actuación aparentemente caracterizada por el día a día
y con escasa o nula visión de futuro.

Sus tres antecesores fueron hombres de peso político, capaces de defender sus proyectos portuarios ante otros representantes políticos. Arnáiz -de quien se dice que obedece a José Carlos Mauricio y sirve a José Manuel Soria- no tiene esa fuerza política, lo que le lleva a comprometerse con cualquiera a las primeras de cambio. La atención a esos compromisos, que en muchas ocasiones comportan importantes desembolsos económicos, han supuesto la
paralización de varias obras en el puerto de La Luz y el alza del endeudamiento, junto a cierto descuido del negocio portuario por concentrar los esfuerzos en otras actuaciones.

Una muestra clara aparece con las actuaciones en el istmo. La Autoridad Portuaria de Las Palmas está corriendo con los suntuosos gastos de los arquitectos invitados a participar en el proyecto del frente marítimo en Las Palmas de Gran Canaria y también con el desalojo de las empresas instaladas en la zona, una iniciativa que bien podría correr a cargo de las empresas que se ubiquen en el futuro en el istmo. En el mismo ámbito, otro esfuerzo económico importante está dirigido a desarrollar la dársena de La Esfinge, una obra que no se considera urgente, pero que interesa para sacar del istmo los tráficos interinsulares de viajeros y dejar la zona despejada cuanto antes.

El gusto por las actuaciones extraportuarias también se evidencia en la iniciativa de construir un muelle en Salinetas para tráficos con Fuerteventura, dejando a éstos desconectados del puerto de La Luz, donde se encuentra el resto de las conexiones interinsulares, nacionales e internacionales, un proyecto a todas luces inviable
por la profundidad que caracteriza a una instalación sobre la que Disa, además, cuenta con una concesión hasta el año 2018.

En general, fuegos de artificio para contentar a los políticos locales, como ocurre en Fuerteventura, donde se impulsa una fuerte actuación para atender a los cruceros que hacen escala allí -muchos menos de 30 al año- y con una inversión que ha supuesto la paralización
de la ampliación del muelle deportivo de la capital grancanaria o la culminación del de cruceros en Santa Catalina.

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