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La Voz de Gran Canaria

Juan González Peñate ha pasado los últimos siete años mandando escritos de su puño y letra a Aena, IATA, Bruselas y alcaldes

Juan González Peñate ha pasado los últimos siete años mandando escritos de su puño y letra a Aena, IATA, Bruselas y alcaldes

El hombre de las mil cartas: Juan González Peñate ha pasado los últimos siete años mandando escritos de su puño y letra a Aena, IATA, Bruselas y a muchos alcaldes. Su objetivo era reclamar el nombre de Gran Canaria en los aeropuertos.

M. Pino Pérez

Feliz se sentía ayer Juan González Peñate al conocer por este periódico que su lucha por defender el nombre de Gran Canaria en los aeropuertos ha merecido la pena. Más de mil cartas, escritas todas con su puño y letra, ha enviado a lo largo de los últimos siete años para intentar que dejara de aparecer la toponimia de la provincia en los vuelos con destino o procedencia de Gran Canaria. "Es algo justo, pero cuando lo dije en la Orden del Cachorro Canario me dijeron que era algo imposible, pero yo no me desanimé", apuntaba en su domicilio de la capital grancanaria donde guarda todas las misivas.

La batalla de este funcionario comenzó justo tras su jubilación. El 5 de agosto de 2005 remite la primera carta a la dirección de Aena en Gran Canaria. Pero, en realidad esta lucha venía cuajando en su fuero interno desde muchos años antes, puesto que en su etapa de empleado del Estado le llegaron a remitir la nómina a La Palma o a Palma de Mallorca en lugar de a la capital grancanaria, y por esta confusión cobró el sueldo con cierto retraso.

El periplo de sus escritos lo fueron marcando las respuestas que obtenía de los organismos a los que se dirigía. Así, Aena en Gran Canaria le dicen que "no pueden hacer nada y que lo debe plantear a Aena en Madrid". Pero, en Madrid le proponen que se dirija a IATA España. Y afronta incluso un peregrinaje por las sedes de IATA de Estocolmo, Suiza, y Canadá. "Se tiraban la pelota de unos a otros hasta que en Suiza me dicen que la culpa era del director de Aena en Madrid" revelaba mientras mostraba la carta que en 2009 le dirigió el director Aena, Fernando Martínez Marco. Este directivo le deja claro que los documentos de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) se reconocía que la Isla es Gran Canaria y que el Aeropuerto de Gando estaba en Gran Canaria. Esta aclaración llegó a reenviarla al director del Aeropuerto de Gotenburgo tras comprobar en unos de sus viajes que en la pantalla del aeródromo y en la tarjeta de embarque figuraba Las Palmas o LPA.

También en este caso le explicaron que se tenían que remitir a lo establecido por IATA en Suiza que reconoce que el nombre es Aeropuerto de Gran Canaria pero que se ubica en Las Palmas.

Mientras tanto también se dirige al Diputado del Común, al Defensor del Pueblo, a los alcaldes de la Isla, a los líderes de los partidos políticos. Llegó incluso a buscar los mapas de rutas para poder disponer de documentación para exponerla a las compañías aéreas.

En febrero 2010 desde IATA incluso le piden que las cartas las redacte en inglés. Llega incluso a contactar con la ejecutiva de códigos de IATA en Canadá, Ann Farrell, que es la persona quien finalmente ha entendido el error, si bien para enmendarlo pidió que desde el Aeropuerto de Gando le certificaran que la Isla era Gran Canaria y no Las Palmas.

"Pese a esta intensa lucha ningún político de Gran Canaria ha reconocido mi trabajo", señalaba Juan González ayer, al tiempo que quería aclarar que no sólo él ha luchado porque el nombre de la Isla no se siga confundiendo con el de la provincia en los aviones y aeropuertos, y citó en tre otros al expresidente del Cabildo de Gran Canaria José Macías. No obstante, reconoció que el consejero de Turismo, Melchor Camón, si que le ha agradecido su labor, al tiempo que recordaba que los alcaldes Silverio Matos y Marco Aurelio Pérez le enviaron textos también hechos "con bolígrafo" en los que le animaban.

Ahora, Juan González se marca otro reto: transmitir a los niños de la Isla que "no digan que son de Las Palmas sino de Gran Canaria que es el nombre de su Isla". Esta vez no será a través de su pluma sino con visita a los colegios que espera que se organicen a través de la Orden del Cachorro. Y promete que se seguirá tomando en serio la filosofía de esta Orden que es "rescatar, vivir, transmitir y defender nuestro patrimonio."

[Información de La Provincia, 14-1-2012]

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