El pasado descuidado
CIRA MOROTE
La reciente inauguración del Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada, en Gáldar, hace necesario revisar el estado en el que se encuentra el resto del patrimonio arqueológico de la Isla. El examen arroja un dato que pone los pelos de punta: salvando el flamante complejo troglodita galdense, los yacimientos grancanarios sufren un preocupante abandono. Penosa. Ésa es la palabra que emplea el arqueólogo Julio Cuenca para definir la situación en la que se encuentra el grueso del patrimonio arqueológico de Gran Canaria. Teniendo en cuenta que esta isla es la más rica del Archipiélago en la materia, con más de 50 espacios localizados, es fácil preguntarse qué está pasando. El camino a seguir ha quedado marcado por el Museo y y Parque Arqueológico Cueva Pintada de Gáldar, en el que las administraciones se han puesto de acuerdo para sacar adelante el proyecto. Pero, ¿y el resto?
"Los presupuestos que se dedican al patrimonio arqueológico son escasos, no sólo ahora, sino desde hace años", explica Cuenca, autor, junto a un grupo de colegas de un plan de actuación, encargado por el Gobierno de Canarias, que nunca se llevó a cabo y que, ya en el año 1987, pedía que se tomaran medidas para proteger los yacimientos. "En estos momentos, trabajamos en El Llanillo, en Arguineguín, con fondos del Cabildo, pero el resto está abandonado".
Es cierto que se han dado algunos pasos, como los proyectos para la construcción de centros de interpretación en Guayadeque o Roque Bentayga. "Sin embargo, esos centros no cuentan después con el personal adecuado para atender a los visitantes. Sólo algún vigilante que no es especialista en el yacimiento. En Guayadeque se había hablado de un gran parque arqueológico que nunca llegó y en Roque Bentayga no hay guía ni publicaciones sobre la zona, a pesar de que recibe la visita de unas 100 personas diarias", señala el experto. En Guayadeque (Agüimes) hay tesoros como los grabados antropomorfos de Morros del Cuervo o las cuevas vivienda de Morros de Ávila. En Roque Bentayga (Tejeda) hay restos de cuevas vivienda, cuevas funerarias, almogarén, muros, grabados o silos para almacenar grano.
Uno de los aspectos que más llama la atención es que "da la impresión de que ninguna administración se quiere hacer cargo de la gestión de estos lugares. Pasa, por ejemplo, con la Necrópolis de Arteara, en Fataga". Este cementerio aborigen cuenta con túmulos funerarios de marcado interés arqueológico.
Hay otros ejemplos curiosos. "El edificio que se construyó junto a la Necrópolis de Maipés, en Agaete, como centro de interpretación, se está postulando como Museo del Café", comenta Julio Cuenca, dando una pista de hasta qué punto hace falta un cambio de rumbo.
Se podrían enumerar muchos más ejemplos, como el del Cenobio de Valerón, "del que el Ayuntamiento de Guía no quiere hacerse cargo y el Cabildo no quiere ceder la gestión a una empresa privada", o del "gran santuario de grabados rupestres de Balos, en Agüimes, que está totalmente descuidado".
Para Cuenca, los políticos no han descubierto que el patrimonio arqueológico es un valor turístico. "Las campañas se siguen centrando en la imagen de sol y playa, cuando hay mucho más por visitar en la Isla". Cuenca cree que la solución es la decidida implicación de las instituciones públicas y, quizá, con el tiempo, la cesión de "sólo parte" de la gestión a empresas privadas.
Información de: La Provincia, 13-8-2006
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