La Estación de Maspalomas ha ayudado a salvar casi 6.000 vidas desde 1992

La Estación Espacial de Maspalomas ha ayudado a salvar casi 6.000 vidas desde 1992, año en el que comenzó su participación en el programa de salvamento COSPAS SARSAT, que desde 1982 ha contribuido a salvar a más de 20.000 personas en todo el mundo.
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Así lo manifestó este jueves Emilia Melián, responsable de este programa en la Estación de Maspalomas, dependiente del Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) del Ministerio de Defensa, antes de pronunciar su conferencia Salvamento desde el espacio, enmarcada en las actividades de la exposición Tecnología: Energía del Nuevo Milenio, que será visitada por el astronauta Pedro Duque.

El proyecto de salvamento espacial está participado por casi una cuarentena de países y, desde enero, España y su brazo de operaciones, INTA-Maspalomas, forman parte del núcleo de países coordinadores, integrado por Francia, Canadá, Rusia, Estados Unidos, Japón y Australia.

Hasta el año pasado el programa tenía dividido el mundo en cinco regiones geográficas, pero desde principios de 2006 la Tierra se redistribuyó e incluyó a España, cuya Estación en Maspalomas se encarga de coordinar su área geográfica, integrada por 21 países africanos. El programa espacial fue fundado por Rusia y Estados Unidos, que, al descubrir que trabajaban en la misma línea, decidieron asociar sus ideas.

Desde entonces, en multitud de ocasiones, los satélites del programa son los primeros en recibir la señal de alarma de un accidente o cualquier emergencia gracias a la onda que emiten las radiobalizas, que hacen llegar su alerta al espacio y desde allí es dirigida a las estaciones receptoras, que la derivan a los servicios de rescate de cualquier país del mundo.

Melián explicó que la Estación de Maspalomas se caracteriza por estar en una situación muy interesante tanto para este programa como para el resto de proyectos en los que colabora con otros países, pues controla parte del Mediterráneo, el Magreb y una gran parte del Atlántico.

Las radiobalizas cuestan entre 300 y 500 euros y emiten señales desde aire, mar o tierra, e incluso la pueden llevar consigo personas que sepan que se enfrentan a situaciones en lugares alejados o inhóspitos, aunque en España las balizas para estos casos no están reguladas. Habría que registrarlas y penalizar las falsas alarmas, pues es el gran problema de estos programas, ya que sin regular este extremo podrían activarse alarmas por simple diversión.

En el caso del Rally París Dakar, Francia, que sí tiene regulación para las radiobalizas personales, se las facilita a los participantes y, de hecho, es la época en la que la Estación Espacial de Maspalomas recibe más alertas.

Emilia Melián, ingeniera en telecomunicaciones, explicó que estas radiobalizas se activan de forma manual o automática, en caso de que detecte un impacto, un cambio brusco de temperatura o cualquier señal que indique una emergencia o un accidente.

Estos aparatos pueden llevar incorporado un sistema de posicionamiento GPS, que de momento no es obligatorio, aunque la intención del departamento de Marina Mercante es que lo sea próximamente, de manera que además de la alerta, el satélite reciba la posición exacta, lo que reducirá aún más el margen de acción.

La ingeniera explicó durante su conferencia algunos de los otros proyectos en los que está inmersa la Estación de INTA en Maspalomas, la mayoría de ellos de recepción de datos de diversos satélites de observación de la tierra (SPOT, TERRA, ACUA y SEASTAR, entre otros) y en coordinación con agencias espaciales de otros países, como Rusia o Japón.

Así, participa en una misión con Eumesat, la Agencia Meteorológica europea, en el mantenimiento y reparación de satélites de JAXA, la agencia japonesa, en el programa CLUSTER-II de la Agencia Europea, en el control de los Hispasat, y en el XTAR-SPINSAT de la NASA (EEUU). Para este último proyecto, de todas las antenas de INTA-Maspalomas, se emplea la mayor, que tiene 16,4 metros de diámetro.