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La Voz de Gran Canaria

Día de Las Letras Canarias, pero de verdad

Día de Las Letras Canarias, pero de verdad

JOSÉ MIGUEL PERERA

Muchos sabrán que el Consejo de Gobierno de Canarias, a iniciativa de la Dirección General del Libro, ha instituido como Día de las Letras Canarias el 21 de febrero. Este día se conmemora el fallecimiento del gran polígrafo canario José de Viera y Clavijo.

Para tantos, la institucionalización de una fecha dedicada a nuestro libro y sus particularidades supone un acontecimiento importantísimo, más que nada si tenemos en cuenta las vicisitudes que las publicaciones canarias han tenido a lo largo de la historia. Se trataría, por tanto, de sacar a la luz y normalizar nuestros libros y a los agentes que han ejercido militancia textual en, para y desde Canarias. Hecho, por cierto, rarísimo en nuestro contexto cultural, más por parte de las instituciones públicas.

Claro que esto no puede ser una fachada. Lo digo porque, si analizamos la perspectiva desde donde actúa el Gobierno de Canarias actual, poco tiene que ver con el espíritu que se desearía de una celebración de estas características. No hay que ser demasiado listo para observar que tal militancia en sentido canario de este Gobierno es cuasi nula, amén de actuar desde un modelo político de intereses particulares y empresariales que ya, desde hace un ratito bueno, muchos no creemos deseable para nuestras Islas. Para ellos el negocio sigue siendo lo primero.

Es por todo ello que vemos positivo una celebración como la que este martes se llevó a cabo en Canarias. Pero el 21 de febrero debe ser un trabajo anual por dar a conocer, por un lado, el trabajo de nuestros escritores (tan desconocido para muchos) y, por otro, las dificultades estructurales que se han tenido y se siguen teniendo en nuestras Islas a la hora de dar a conocer dichos textos. No puede quedar en mero fuego artificial: si no, de nada valdría.

Hace aproximadamente cinco años, un grupo de universitarios canarios (el grupo cultural Calibán) presentó un manifiesto por las letras y la literatura canarias. Fue un 23 de abril, el llamado Día del Libro. Presentado públicamente en el Club Prensa Canario dentro de un programa de actos, se tenía la sensación (por parte de ellos) de que aquel día no era el más adecuado, en nuestro contexto canario, para leer tal reivindicación. Nosotros queríamos que las lecturas públicas en el Archipiélago fueran, más allá de la manida lectura de El Quijote, sobre la Historia de Canarias de José de Viera y Clavijo.

Quizás, por tanto, sea el 21 de febrero el mejor para haber dado lectura a Palabra y Vida desde Canarias. Por eso vuelvo a poner encima de la mesa estos ocho puntos que, para mí y otros tantos, siguen siendo la más adecuada óptica para trabajar por Canarias y sus textos históricos, presentes y futuros. Que se defienda y apoye nuestras letras tiene que enmarcarse dentro de una idea de Canarias como grupo cultural histórico particular con una mirada de futuro más o menos clara, justa; que tome en cuenta nuestras particularidades como pueblo. Un verdadero proyecto político e identitario para Canarias, no las improvisaciones y los particularismos interesados y denigrantes de nuestra clase política biencolocada.

Ocho puntos para la reflexión y su consecuente acción. Ahí van.

Palabra y vida desde Canarias

1. Creemos en una cultura canaria, indispensable para poder entender realmente qué somos. Una de sus manifestaciones es la literatura. La existencia de una literatura canaria es una realidad indudable. La validez del sintagma literatura canaria ha sido cuestionada durante siglos. Nuestra posición ha de ser entendida en el cauce de esta discusión secular.

2. Concebimos el espacio cultural canario (atlántico e hispánico) desde el diálogo creativo con todas las zonas culturales. Frente a las propuestas que puedan desintegrar esta máxima, oponemos la interdependencia cultural de Canarias. Canarias es la perspectiva desde la que miramos al mundo, desde la que somos.

3. La identidad canaria no es una esencia; es recuerdo y proyecto en la historia: la cultura canaria es una familia en el tiempo.

4. La tradición literaria de las Islas ha de ser afrontada desde una lectura crítica, ajena a toda reverencia gratuita. Una mínima madurez literaria y cultural será imposible sin una conciencia de esta tradición. De Cairasco a García Cabrera. De Viera y Clavijo a Alonso Quesada. Por esto, la necesidad de exhumar los textos insoslayables (no publicados o no reeditados) de nuestros autores y de elaborarse incesantemente la teoría de la literatura canaria.

5. El conocimiento del pasado insular esclarecerá el espacio verdadero donde se ilumina toda identidad: el encuentro con el otro. Adentrarnos en nuestra tradición significa afrontar uno de los problemas fundamentales del ser humano: su identidad.

6. Abolir las diferencias es matar al hombre y la cultura, amenazados hoy por la estandarización dominante. Desde Canarias, nos pronunciamos por una desglobalización: proteger a la persona y su libertad creadora desde nuestra coordenada histórica concreta.

7. Desvincular la literatura de su servidumbre al mercado es salvarla. Hoy, la literatura reinante, otra pieza más del capitalismo inhumano, se agota en lo efímero y banal. No nos interesa en absoluto porque no aspira a transformar la vida.

8. La universidad de nuestros días ha sustituido el debate creador por un saber fósil, apto para una empobrecedora especialización. Ante esta situación, declaramos nuestra inconformidad con su sistema actual, que ha renunciado a salvaguardar el conocimiento sobre las cuestiones fundamentales de la cultura. En ellas nos va la vida.

Invitamos a todos a reflexionar y trabajar a partir de estas ideas.

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