El Dedo de Dios: recuperar o no un símbolo natural grancanario

El alcalde de Agaete anunciaba esta semana que el comité de expertos que decidirá qué hacer con el roque partido se crearía en 15 días. Al respecto, algunos de sus vecinos mas destacados ya han expresado su opinión, y mientras unos creen que hay que respetar la acción de la naturaleza, otros muchos apuestan por reconstruir el que es un inequívoco símbolo natural grancanario.
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El alcalde de Agaete anunciaba esta semana que el comité de expertos que decidirá qué hacer con el roque partido se crearía en 15 días. Algunos de sus vecinos mas destacados ya han expresado su opinión. La mayoría apuesta por respetar la acción de la naturaleza.

Todos reconocen que la desaparición a causa del Delta del Roque Partido, como se denomina entre los lugareños al Dedo de Dios, ha «dejado un gran sentimiento de pérdida» en el pueblo que, sin embargo, no hace que se decantes por intentar reconstruirlo, como se ha hecho con monumentos naturales similares a este en lugares del norte de la península Ibérica.

Algunas de las personas consultadas se mostraron partidarias de «respetar lo que ha hecho la naturaleza», argumentando que «precisamente era ahí donde radicaba su encanto, en el hecho de que se trataba de algo que había creado la naturaleza» y que «precisamente ella es la que se lo ha llevado».

De esta opinión es la directora del Instituto de Enseñanza Secundaria de Agaete, Lutgarda Estévez, que declara que «intentar reconstruirlo es un poco falso». Tampoco entiende la necesidad de crear un museo con los pedazos caídos ya que la piedra en sí «es el mismo tipo de roca volcánica que se encuentra en toda la Isla».

El Casino de la Luz es un punto de encuentro y de intercambio de pareceres del pueblo. Su vicepresidente, Ramón Ramos, dice que hay opiniones para todos los gustos pero que la suya es la de dejar las cosas como están porque «es algo que puso Dios y que Dios se lo llevó». Dice que en lugar de museo habría que destinar ese dinero a otras necesidades que presenta el pueblo como «viviendas sociales». El presidente de la patronal, Juan Antonio Bermúdez, también cree que «la naturaleza debería ser respetada».

Sin embargo, existen numerosas opiniones contrarias, como la de Esther Arencibia, que trabaja en la farmacia que su padre tiene en el casco y que no oculta su interés porque se reconstruya el Dedo de Dios. Así, confiesa que «parece que te falta algo» y que ha podido ver que «la gente lo siente como una pérdida».

Esta amante de la playa dice que le resulta raro ir a nadar y no ver el Dedo de Dios. Asegura que «se lo mostraba orgullosa a mis amigos que venían de la Península» y que los que más lo han sentido son los «mariquillas» de Agaete que, asegura, «están hechos un desastre».
un comité multidisciplinar para un símbolo

Comité de expertos. A comienzos de esta semana el alcalde de Agaete anunciaba que el comité multidisciplinar que deberá decidir el futuro del monumento natural se crearía en quince días. Mostraba su preferencia por reconstruir el Dedo de Dios. No todos sus vecinos apoyan esta opción.

Respeto. Es la palabra que usan la mayor parte de los que apuestan por no interferir en la acción de la naturaleza y dejar las cosas como están. «La naturaleza lo puso y la naturaleza lo quitó», es uno de os argumentos más recurridos por los vecinos de Agaete que no ven muy claro lo de reconstruir el roque.

Sin perjuicios. Los negocios de hostelería que operan en Las Nieves no han notado descenso alguno en el número de visitantes, así en el restaurante que lleva el nombre del Dedo de Dios dicen que la gente sigue acudiendo a ver como quedó el monumento natural.

Se veía venir. Los que apoyan la idea de la reconstrucción dicen que «sabíamos que esto pasaría pero no en nuestra generación» y creen que se pudo evitar.