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La Voz de Gran Canaria

La Policía Local tuvo que usar en La Aldea una porra eléctrica para reducir a un musulmán violento

La Policía Local tuvo que usar en La Aldea una porra eléctrica para reducir a un musulmán violento Un ciudadano saharaui, de unos 35 años y que iba indocumentado, fue detenido el recientemente, según noticia recibida en nuestra redacción el día 21, en La Aldea de San Nicolás, después de que amenazase con un cuchillo la integridad de las personas que se encontraban en las inmediaciones de la avenida de la playa del citado término municipal.
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Los hechos ocurrieron a media mañana del pasado viernes 12 de los corrientes, aunque no han trascendido hasta ahora. Ese día, el súbdito saharaui, portando un cuchillo de considerables dimensiones, se hallaba en la avenida de la playa de La Aldea, amenazando a la gente y gritando "Alá es grande".

Hasta el lugar se trasladaron tres miembros de la Policía Local de La Aldea, así como el sargento y un agente de la Guardia Civil, para arrestar al individuo, que no domina muy bien el castellano. Como quiera que el saharaui mostraba una actitud violenta e incluso intentó agredir con el cuchillo al sargento de la Benemérita, los miembros de las fuerzas del orden tuvieron que utilizar una porra eléctrica, realizando dos descargas para reducirlo y esposar al individuo.

Acto seguido, el saharaui fue trasladado al centro de salud de La Aldea, con el objeto de que se le administrase algún tranquilizante, para intentar que se calmase, debido a lo alterado que aún estaba. En tal sentido, en el referido centro sanitario le pusieron una inyección y posteriormente los agentes de la Benemérita se lo llevaron detenido, tras lo que pasó a disposición de la autoridad judicial.

Un joven testigo presencial de los hechos, que trabaja de La Aldea y que quiso preservar su identidad, indicó a este periódico que el citado municipio parece haberse convertido en los últimos meses en una especie de destierro, al que podrían estar enviando desde diferentes zonas de Gran Canaria a personas que tienen sus facultades mentales perturbadas, o que son adictas a las sustancias estupefacientes, "pues de otra forma no me explico la cantidad de gente extraña que se encuentra vagando por aquí, sin oficio ni beneficio conocido".

La Aldea de San Nicolás acoge a un gran número de inmigrantes -muchos de ellos musulmanes magrebíes, ajenos a cualquier integración social y que sólo se relacionan entre ellos- que una vez acabada la zafra agrícola vagan sin control al no tener trabajo durante varios meses al año, existiendo un considerable riesgo de asalto para las población local y para los visitantes de este conocido pago grancanario.

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