´¡...dito sea Dios!´
Con su tradicional ¡...dito sea Dios! saludaría José Castellano, más conocido como Pepe Monagas, la placa conmemorativa con su rostro que el Ayuntamiento descubrió en su barrio de nacimiento, Vegueta.....................................................................................................
Con motivo del centenario de su nacimiento, la Concejalía de Cultura decidió rendir su particular homenaje, descubriendo una placa obra de la escultora Susana Requena. Las hijas de Castellano, Elena, Juana y Alicia, fueron las encargadas de descubrir la placa en la que su padre aparece caracterizado como el peculiar personaje que le dio fama. Mostacho y cachorro echado para atrás, Pepe Monagas es la personificación del canario socarrón que le saca punta a cualquier historia de la vida real para convertirla en chiste o cuento. "Mi padre reflejaba lo que pasaba en la época",
dice Juana Castellano, "el famoso cuento del padrón lo inventó después de que trabajara para el Ayuntamiento de Las Palmas haciendo el padrón".
A pesar de que muchos de los cuentos de Pepe Monagas están ambientados en el campo, Pepe Castellano nació en Vegueta en 1904. Aunque la mayor parte de su vida transcurrió en el cercano San José, Vegueta siempre fue su lugar de paso y encuentro con compañeros de tertulia con los que se reunía en el bar Polo del desaparecido Puente de Palo. Los más veteranos tenderos del Mercado de Vegueta, donde se ha instalado la placa, también recuerdan que pasaba mucho por allí.
De todas esas vivencias, Castellano recogía historias que luego ofrecía en sus actuaciones como Pepe Monagas. "Los cuentos de Pepe Monagas que contaba mi padre eran todos invenciones de él, de historias que veía u oía en la calle, y no los que escribía Pancho Guerra", puntualiza Elena Castellano. Las hijas del humorista reconocen su admiración por los escritos de Guerra, pero marcan distancias con su progenitor. "Nuestro padre ya estaba en el escenario cuando Pancho Guerra empezó a escribir los cuentos de Pepe Monagas", dicen. A pesar de todo, las hijas reconocen que a ambos les unía una entrañable amistad. Las tres hijas no pueden ocultar su admiración por el padre, desaparecido a principios de los años 70 del siglo pasado y que encontró la popularidad en las Islas en los 50 y 60. "La vena artística le venía de siempre", comenta Juana, "él participó muchos años como actor en pequeñas obras y desfiles de variedades, y al día siguiente se iba a su trabajo como uno más, porque lo del teatro para él era un hobby". Estas participaciones eran bastante cortas, hasta que le llegó la gran oportunidad. "Una noche, en una revista de variedades, falló un número y le dijeron que saliera, él se animó y contó un cuento con humor, luego ya empezó como Pepe Monagas a actuar en solitario".
Cuentos como La raya canela, El cine y El indiano son una muestra de su imaginación y otros, como el del inmigrante, fruto de la actualidad de la época. "En aquellos años, muchos canarios emigraban a Venezuela y de ahí que sacara el cuento del emigrante". Juana se refiere al relato en el que Pepe Monagas, embarcado con rumbo a Venezuela y harto de tanto mar, le pregunta a su compadre Regorito si queda mucho para ver tierra. "Saque el mapa, Regorito; si esto son islas estamos salvados, pero si son cagadas de mosca...", dice el cuento.
Algo emocionadas, las hijas de Pepe Castellano- Monagas reivindican la figura de su padre, hijo ilustre de la ciudad. "Actualmente, en Canarias no hay nadie que refleje ese humor y socarronería tan típicos de los canarios", asegura Juana.
1 comentario
ANGEL BLANCO -
Agradezco de corazón.
Angel B.M. desde Londres.
E-mail: Oxalc33@hotmail.co.uk