No olviden a Pancho Guerra
Los cuentos de Pepe Monagas volvieron a escucharse en Vegueta de la mano de la Orden del Cachorro Canario. En un ambiente festivo y con música típica de fondo, la plaza de Santo Domingo acogió, durante el primer fin de semana de noviembre, un homenaje al creador del popular personaje canario, el escritor y folclorista Pancho Guerra.
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Muy cerca de donde vivió durante su infancia, en la calle López Botas, la Orden del Cachorro montó una auténtica fiesta canaria para reivindicar la figura de Guerra, a su juicio, inmerecidamente olvidado por las autoridades de las Islas. El tirón de orejas se lo llevó en persona la concejala de Cultura, Isabel García Bolta, que asistió al acto en representación del Ayuntamiento capitalino. La nota emotiva del homenaje se produjo con la lectura de unos textos de Guerra y la entrega de un diploma y un recordatorio a los familiares del escritor, desaparecido en 1961. La música vino de la mano de las parrandas Heidelberg, Tío Pancho, la de la Orden del Cachorro y Los Gofiones, que cerraron el acto. Tras las actuaciones comenzó una fiesta canaria en la misma plaza con ventorrillos y muchos cachorros.
El Ayuntamiento encuadró este homenaje dentro de la campaña "Vegueta Viva", pese a que la organización recayó en la Orden del Cachorro. Con tan entusiasta nombre, la campaña ha atraído hasta el casco viejo capitalino a miles de ciudadanos durante todo el fin de semana rememorando la primera edición organizada con motivo de las fiestas fundacionales. Aunque la afluencia fue notablemente menor que entonces, la fiesta y la diversión no decayó desde el viernes por la noche, cuando se dio el pistoletazo de salida.
Las calles Mendizábal y La Pelota, y las plazas de Santo Domingo, San Antonio Abad, el Pilar Nuevo y Mesa de León centraron los actos, fundamentalmente actuaciones musicales y talleres. La campaña se cerró con la segunda jornada de actividades infantiles que congregó a varios centenares de niños en las calles de Vegueta. Los más tranquilos pudieron disfrutar de una simultánea de ajedrez, mientras que los traviesos se explayaron con el taller de juegos tradicionales. Los mayores llegaron por la noche atraídos por los conciertos y la diversión en la calle.
El cierre al tráfico de varias vías del barrio permitió a los ciudadanos pasear tranquilamente y pasar de un concierto a otro, de una calle a otra, sin los apuros tradicioonales para esquivar los coches. El cierre de calles permitió también a los bares de copas la instalación de terrazas donde habitualmente no se puede. Eso, y cierta relajación de las autoridades, hicieron que el botellón volviera a Vegueta después de varios años de prohibición.
Homenaje al llamado "Quijote canario". Por la Fundación Pancho Guerra
Pancho Guerra ha sido considerado por figuras como Carmen Laforet como "el Quijote canario", definición que también hizo suya el periodista Alfonso O'Shanahan. Puede parecer exagerado, pero tal comparación se ha hecho en base a la aportación costumbrista y lexicográfica que este periodista y polifacético personaje ha hecho a la cultura canaria. Sus estudiosos y sus familiares llevan años tratando de convencer a quien corresponda de la necesidad de crear una Fundación Pancho Guerra que canalice toda su obra, ordene su legado, recupere el Premio Pancho Guerra de Literatura y ponga al servicio público las aportaciones de este genial personaje, padre, entre otras cosas, del famoso Pepe Monagas. El sábado 6 de noviembre hubo un Homenaje a Francisco Guerra Navarro (Pancho Guerra) a las ocho de la tarde en la Plaza de Santo Domingo. Se pronunciaron sentidas palabras y actuaciones de la Parranda Heidelberg, de la Parranda del Tío Pancho y de Los Gofiones.
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Muy cerca de donde vivió durante su infancia, en la calle López Botas, la Orden del Cachorro montó una auténtica fiesta canaria para reivindicar la figura de Guerra, a su juicio, inmerecidamente olvidado por las autoridades de las Islas. El tirón de orejas se lo llevó en persona la concejala de Cultura, Isabel García Bolta, que asistió al acto en representación del Ayuntamiento capitalino. La nota emotiva del homenaje se produjo con la lectura de unos textos de Guerra y la entrega de un diploma y un recordatorio a los familiares del escritor, desaparecido en 1961. La música vino de la mano de las parrandas Heidelberg, Tío Pancho, la de la Orden del Cachorro y Los Gofiones, que cerraron el acto. Tras las actuaciones comenzó una fiesta canaria en la misma plaza con ventorrillos y muchos cachorros.
El Ayuntamiento encuadró este homenaje dentro de la campaña "Vegueta Viva", pese a que la organización recayó en la Orden del Cachorro. Con tan entusiasta nombre, la campaña ha atraído hasta el casco viejo capitalino a miles de ciudadanos durante todo el fin de semana rememorando la primera edición organizada con motivo de las fiestas fundacionales. Aunque la afluencia fue notablemente menor que entonces, la fiesta y la diversión no decayó desde el viernes por la noche, cuando se dio el pistoletazo de salida.
Las calles Mendizábal y La Pelota, y las plazas de Santo Domingo, San Antonio Abad, el Pilar Nuevo y Mesa de León centraron los actos, fundamentalmente actuaciones musicales y talleres. La campaña se cerró con la segunda jornada de actividades infantiles que congregó a varios centenares de niños en las calles de Vegueta. Los más tranquilos pudieron disfrutar de una simultánea de ajedrez, mientras que los traviesos se explayaron con el taller de juegos tradicionales. Los mayores llegaron por la noche atraídos por los conciertos y la diversión en la calle.
El cierre al tráfico de varias vías del barrio permitió a los ciudadanos pasear tranquilamente y pasar de un concierto a otro, de una calle a otra, sin los apuros tradicioonales para esquivar los coches. El cierre de calles permitió también a los bares de copas la instalación de terrazas donde habitualmente no se puede. Eso, y cierta relajación de las autoridades, hicieron que el botellón volviera a Vegueta después de varios años de prohibición.
Homenaje al llamado "Quijote canario". Por la Fundación Pancho Guerra
Pancho Guerra ha sido considerado por figuras como Carmen Laforet como "el Quijote canario", definición que también hizo suya el periodista Alfonso O'Shanahan. Puede parecer exagerado, pero tal comparación se ha hecho en base a la aportación costumbrista y lexicográfica que este periodista y polifacético personaje ha hecho a la cultura canaria. Sus estudiosos y sus familiares llevan años tratando de convencer a quien corresponda de la necesidad de crear una Fundación Pancho Guerra que canalice toda su obra, ordene su legado, recupere el Premio Pancho Guerra de Literatura y ponga al servicio público las aportaciones de este genial personaje, padre, entre otras cosas, del famoso Pepe Monagas. El sábado 6 de noviembre hubo un Homenaje a Francisco Guerra Navarro (Pancho Guerra) a las ocho de la tarde en la Plaza de Santo Domingo. Se pronunciaron sentidas palabras y actuaciones de la Parranda Heidelberg, de la Parranda del Tío Pancho y de Los Gofiones.
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