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La Voz de Gran Canaria

El núcleo duro del poder en Canarias

El núcleo duro del poder en Canarias JOSE A. ALEMAN

Me gusta Internet porque permite saber de inmediato a quién le has metido el dedo en el ojo y a quién alegraste la mañana. También porque, con más frecuencia de la que quisiera, llegan opiniones ajenas mejor fundamentadas y puede uno constatar que algo que creías claro requiere precisiones. Por ejemplo, en relación a mi comentario sobre la oportuna entrevista de Amado Moreno a la viceconsejera de Turismo, Pilar Parejo, en La Provincia.

Algunos amigos y lectores me recordaron que son los tinerfeños las primeras víctimas del cáncer ático y que no vale identificar sin matices ATI=Tenerife. Esto debería ser tan obvio como que cuando dices “Madrid” le mentas la parentela al Gobierno central, no a los madrileños; si queda alguno en ciudad tan repoblada por el resto de las Españas.

Pero en nuestra isleñitud asirocada es poco cuanto se aclare en este sentido. Porque el aparato político-empresarial (el Régimen, en suma) que controla las Islas le saca partido a esa confusión-identificación, en la que se embosca. Aprovecha que la cultura política general no nos alcanza todavía para establecer límites y diferencias y perder el temor a ser tildados de “insularistas” o “pleitistas” por llamar las cosas por su nombre. Y apellidos, que los tiene. Me explico.

Nadie con luces niega la hegemonía de ATI en el Gobierno canario y que no son los tinerfeños, ni siquiera los áticos del común, los beneficiarios sino un núcleo político-empresarial tinerfeño conocido. Éste ejerce el control con la complicidad de un grupo de políticos y empresarios grancanarios a cambio de compensaciones y ventajas del poder ático. Una especie de reparto del territorio y de zonas de influencia. Un sistema que ha consagrado la doctrina de la supuesta superación del pleito insular con la consiguiente descalificación de los críticos al núcleo de poder, tildados de “ultrainsularistas” y otras perversidades.

El sistema –el Régimen, repito- le sirve al núcleo ático para mantener su dominio respaldado por Soria y Mauricio, los políticos grancanarios del momento que pretenden campar a sus anchas, con dejación de la defensa de los intereses generales de la isla ya convertida en la mayor de las islas menores, como dijera en su día con tino don Olarte. El análisis clásico del pleito insular histórico habla de enfrentamiento de burguesías insulares por lo que la novedad, que el Régimen presenta como superación del conflicto, radica en que una y otra se han puesto de acuerdo, han llegado a su equilibrio de intereses, han enterrado el pleito que desenterrarán, no lo duden, cuando vean la posibilidad de un cambio de signo. No es asunto de chichas y canariones sino de gente rica o enriquecida al calor del Régimen que hoy van de acuerdo como ayer se tiraron los trastos tratando siempre de ponernos por delante o de callarnos por el tiempo que les convenga, como en este caso.

Hace unos días, los presidentes de la confederación empresarial y de la federación de empresarios turísticos, Mario Rodríguez y Fernando Fraile, amagaron una reacción grancanaria ante el statu quo impuesto. Los obligaron las torpes decisiones de Pilar Parejo justo en el momento en que pintan bastos para el sector turístico. Ambos tuvieron que pronunciarse, pero lo hicieron con ánimo de no tocarle los humildes al núcleo duro político-empresarial y contentar, al propio tiempo, a los alarmados empresarios grancanarios que han visto las orejas del lobo. Un poco tarde, pero las han visto. Aunque lo más probable es que se limiten a continuar contemplándolas hasta que se los coma la fiera.

No censuro a ambos presidentes porque están en el filo de la navaja y cada cual es dueño de sus miedos y prudencias. Cosas de la degradación democrática sin la que no se entenderían los manejos del núcleo duro y su éxito al convertir la discrepancia y la crítica no sólo en políticamente incorrectas sino en temerarias. Quiero decir que Rodríguez y Fraile hablaron en abstracto, de Tenerife, a resultas del cinismo de Parejo y como si el desequilibrio provocado fuera fenómeno natural. Como el frío o el calor. Sin aludir al núcleo duro que pesa hasta el extremo de que los dirigentes patronales llegan a lo sumo, en caso de necesidad, a ponerle una vela a Dios y otra al Diablo en lugar de llamar al pan, pan y al vino, vino; además de ponerle a cada santo su peana.

Bien sabemos que hablar del poder político-empresarial nucleado por ATI+Mauricio+Soria, del Régimen, entraña riesgos, como no ignoran los dos presidentes patronales. Pero son ellos los llamados a hacerlo.

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