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La Voz de Gran Canaria

El editorialista malabarista pretende que Zapatero nos comprenda

El editorialista malabarista pretende que Zapatero nos comprenda GRUPO "G" TAMARÁN *

Como de costumbre, en la encíclica aparecida el domingo día 7 de agosto en El Día de Tenerife, el editorialista malabarista se preocupa de Tenerife y nada más que de Tenerife aunque de relance trata de los problemas de alguna otra isla canaria con la habitual excepción de Gran Canaria, isla que le tiene atragantado y a la que obsequia con el más negro de sus odios.

Su preocupación se vuelca en las pendientes “obras varias, sobre todo en Tenerife, que son fundamentales para el progreso de las islas. (Nadie se atreva a dudar que las obras a realizar en Tenerife van a servir para el progreso de las restantes islas, sobre todo de Gran Canaria…). Si en septiembre se ponen en marcha, lo celebraremos, pero la experiencia nos obliga a dudar. Tenerife está pendiente del cierre del anillo insular de carreteras, necesita con urgencia la construcción del puerto industrial de Granadilla y que se inicien las obras de la segunda pista del aeropuerto sureño. Sin olvidar los planes para nuestras costas y las obras hidráulicas”. Aunque trata de disimularlo, la isla preferente a la hora de percibir inversiones ha de ser Tenerife, las demás, en particular Gran Canaria, ¡que arreen!

En esta ocasión el editorialista malabarista olvida el tema de cómo el Cabildo de Tenerife continúa con su urgente política de desplumar a la futura Casa de África que cuando sea oficialmente inaugurada su sede en Las Palmas de Gran Canaria habrá que sudar para conseguir dotarla de alguna competencia. A la trastada de usurparle el NAP para África utilizando medios deleznables, se suma ahora la gestión de una línea marítima que conectará Tenerife con Dakar, Cabo Verde y Brasil “en un proyecto común de carácter internacional”. El señor Melchior, presidente del Cabildo tinerfeño, no ceja en su empeño de que la Casa de África vaya a parar a Tenerife, como también tiene en su punto de mira el Instituto Tricontinental de Canarias o Plataforma Tricontinental para unir desde Canarias ciudades de Europa, África y América. Todavía no hemos logrado comprobar la necesaria reacción de los diputados regionales y demás políticos y empresarios grancanarios para evitar tales expolios que, una vez más, pretenden cambiar la historia de Canarias.

De nuevo se habla de la Regata Colombina entre Huelva y La Gomera. Según parece, en el invento que, naturalmente, se puso en marcha con el sano objeto de excluir a Gran Canaria de la gesta colombina, en la que históricamente y sin duda tuvo una participación importantísima y decisiva muy superior a la de La Gomera. Para financiar esa regata el Gobierno de Canarias ha habilitado una partida de 50.000 euros que se repartirán los dieciséis balandros que participarán en ella. Por cercanas fechas se correrá la LV Edición de la Regata de San Ginés entre Gran Canaria y Lanzarote. Participarán cuarenta balandros. No recibirán ni un euro del Gobierno de Canarias que, en este caso, se olvida de financiar… Así se escribe la historia del deporte en Tenerife, perdón, en Canarias.

¡Nos hemos quedado petrificados! El editorialista malabarista interpreta “un interesante artículo del alcalde de Santa Cruz de Tenerife, Miguel Zerolo Aguilar, en el que informa que tres de los manifestantes identificados por la Policía Municipal tras una revuelta en Valleseco (de Tenerife) eran nacidos en Las Palmas de Gran Canaria”. Tremendo disgusto… Han desenmascarado la célula que el poderoso Sanedrín de Vegueta ha mantenido infiltrada en Valleseco (de Tenerife) dedicada a desestabilizar la democracia en aquel barrio y a crearle problemas de gobernabilidad al alcalde, empleando para ello “la ayuda económica de la orilla amarilla para luchar contra el progreso de Tenerife”. Efectivamente, ningún tinerfeño sensato puede dudar de que el malvado Sanedrín de Vegueta presupuesta anualmente grandes cantidades de dinero que emplea en alentar la revolución pancartista que sufre Santa Cruz, para impedir que se convierta en la gran ciudad capital única del Archipiélago que el editorialista malabarista sueña iluso y que el envidioso Sanedrín se empeña en decir que es lo que es y nada más.

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* El “G” Tamarán es parte integrante del Grupo de Opinión Tamarán.

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